viernes, 20 de septiembre de 2013

La canción del otro pirata,

Por el mar de las sombras, con rumbo perdido
mi alma viajaba en un viejo bajel.
100 años sin tierra fue mi condena,
Firmamento vendido a una sóla mujer.
Tras años de tormentas en paraiso perdido
una luz se formó entre las traviesas rotas...
y la Bruja del Este si vino conmigo
a romper la espuma de violentas olas.

lunes, 16 de septiembre de 2013

CALOR


Tu piel me transporta lejos en el tiempo

Caricias de luz en un cielo añil.

Sueñas sonámbulo y triste lamento

Sueñas con alas teñidas de gris.

 

 
 
Vives gemidos en sabanas rojas

Tiemblas granados con flores de abril

Sudan de amor tus cuatro costados

Suspiran calor en cálido atril.

 

¿Por qué me despiertas de tan dulce sueño?

¿Por qué no me dejas morir junto a ti?

Si amaras la vida que dejo en tus manos

Tendrías mi vida rendida ante ti.

 

La pálida Luna derrama en la noche

Un último sueño antes de partir.

Te dejo mirando hacia las estrellas.

Te dejo soñando que estoy junto a ti.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Susurros

Sopla el viento entre las hojas somnolientas
tras los cristales teñidos de rocio tiemblas
susurras palabras soñadas y sentidas
mientras derrramo la brisa azul en tus piernas



Que no te rias mientras te lo cuento
Que no te burles mientras lo lamentas
Estoy volando caminos de tristeza
pues no me miras cuando digo lo que piensas

Y se acaba el día, se muere el alma.
Y no puedo seguir con el fuego en la hoguera
me lo apaga el miedo, el silencio, el olvido
me lo encienden tu sonrisa, tus besos, tus miradas.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Sé que estás ahí


Sé que estás ahí. ¿Por qué no hablas?

Tu aliento helado revolotea entre las sombras.

Tu reflejo te delata en la penumbra.

La oscuridad se somete a tu mirada

Y los negros mensajeros graznan en la ventana.

El llanto divino baña la cal afuera

Y trae frio, y miedo,

Codicia por libertar el mito ido,

Por salir corriendo tras el hada rota.

Y el fuego eterno de azufre en llamas

Me llama sin tregua noche y día.

Y por mucho que imploro, lloro y rezo

Sé que estás ahí, y no me hablas.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Recorriendote, (Gioconda Beli)

Recorriéndote
El amor tiene la virtud de desnudar no a los dos amantes uno frente al otro, sino a cada uno delante de sí” (Cesare Pavese)

Quiero morder tu carne,
salada y fuerte,
empezar por tus brazos hermosos
como ramas de ceibo,
seguir por ese pecho con el que sueñan mis sueños
ese pecho-cueva donde se esconde mi cabeza
hurgando la ternura,
ese pecho que suena a tambores y vida continuada.

Quedarme allí un rato largo
enredando mis manos
en ese bosquecito de arbustos que te crece
suave y negro bajo mi piel desnuda
seguir después hacia tu ombligo
hacia ese centro donde te empieza el cosquilleo,
irte besando, mordiendo,
hasta llegar allí
a ese lugarcito
-apretado y secreto-
que se alegra ante mi presencia
que se adelanta a recibirme
y viene a mí
en toda su dureza de macho enardecido.
Bajar luego a tus piernas
firmes como tus convicciones guerrilleras,
esas piernas donde tu estatura se asienta
con las que vienes a mí
con las que me sostienes,
las que enredas en la noche entre las mías
blandas y femeninas.
Besar tus pies, amor,
que tanto tienen aun que recorrer sin mí
y volver a escalarte
hasta apretar tu boca con la mía,
hasta llenarme toda de tu saliva y tu aliento
hasta que entres en mí
con la fuerza de la marea
y me invadas con tu ir y venir
de mar furioso
y quedemos los dos tendidos y sudados
en la arena de las sábanas.
Poeta y novelista nicaragüense nacida en 1948i, la obra de Gioconda Belli plasma la incesante búsqueda de la identidad femenina y el encuentro con la conciencia social, a través de la actitud revolucionaria. Su estilo viene presidido por un marcado acento erótico; impregna toda su poesía, sublimación del amor

Como llenarte, Soledad (Luis Cernuda)

Cómo llenarte, soledad,
sino contigo misma...

De niño, entre las pobres guaridas de la tierra,
quieto en ángulo oscuro,
buscaba en ti, encendida guirnalda,
mis auroras futuras y furtivos nocturnos,
y en ti los vislumbraba,
naturales y exactos, también libres y fieles,
a semejanza mía,
a semejanza tuya, eterna soledad.

Me perdí luego por la tierra injusta
como quien busca amigos o ignorados amantes;
diverso con el mundo,
fui luz serena y anhelo desbocado,
y en la lluvia sombría o en el sol evidente
quería una verdad que a ti te traicionase,
olvidando en mi afán
cómo las alas fugitivas su propia nube crean.

Y al velarse a mis ojos
con nubes sobre nubes de otoño desbordado
la luz de aquellos días en ti misma entrevistos,
te negué por bien poco;
por menudos amores ni ciertos ni fingidos,
por quietas amistades de sillón y de gesto,
por un nombre de reducida cola en un mundo fantasma,
por los viejos placeres prohibidos
como los permitidos nauseabundos,
útiles solamente para el elegante salón susurrado,
en bocas de mentira y palabras de hielo.

Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona
que yo fui,
que yo mismo manché con aquellas juveniles traiciones;
por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos,
limpios de otro deseo,
el sol, mi dios, la noche rumorosa,
la lluvia, intimidad de siempre,
el bosque y su alentar pagano,
el mar, el mar como su nombre hermoso;
y sobre todo ellos,
cuerpo oscuro y esbelto,
te encuentro a ti, tú, soledad tan mía,
y tú me das fuerza y debilidad
como el ave cansada los brazos de la piedra.

Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,
oigo sus oscuras imprecaciones,
contemplo sus blancas caricias;
y erguido desde cuna vigilante
soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres,
por quienes vivo, aún cuando no los vea;
y así, lejos de ellos,
ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres,
roncas y violentas como el mar, mi morada,
puras ante la espera de una revolución ardiente
o rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo
cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista.

Tú, verdad solitaria,
transparente pasión, mi soledad de siempre,
eres inmenso abrazo;
el sol, el mar,
la oscuridad, la estepa,
el hombre y su deseo,
la airada muchedumbre,
¿qué son sino tú misma?

Por ti, mi soledad, los busqué un día;
en ti, mi soledad, los amo ahora.



Lee todo en: Cómo llenarte, soledad - Poemas de Luis Cernuda http://www.poemas-del-alma.com/como-llenarte-soledad.htm#ixzz2e775JZMh

jueves, 5 de septiembre de 2013

El Gran Espíritu


¿Qué es El Ser?

Es la vida y la muerte.

Es la Luz y la Obscuridad.

Es el Todo y la Nada.

No hay nada que no sea El Ser.